Entrevista Juanjo Infante, CEO de Vaxdyn
Juanjo Infante es CEO de Vaxdyn, una joven compañía innovadora centrada en la investigación de vacunas contra bacterias resistentes a antibióticos. Recientemente, Infante participó en uno de los TEI Bio organizados por Fundación DRO junto con Pepa Limeres, responsable del área de Ciencia de Fundación Botín, en el que ambos hablaron de sinergias en biomedicina.
En esta entrevista, nos cuenta su experiencia en el mundo del emprendimiento científico: financiación, organización, gestión… Un conocimiento valioso para todos los que quieren lanzarse a esta ‘piscina’.
¿Puedes dar tres consejos básicos para científicos emprendedores?
Uno, que tengan en cuenta que para conseguir capital debe haber un equipo mínimo de director científico y director de operaciones a tiempo completo. Los inversores no entrarán en un proyecto de gente a tiempo parcial. Deben delegar la ejecución en un equipo mínimo distinto a personas que se dediquen a la ciencia académica. Si no tienen ese equipo, mejor no empezar.
Dos, que tengan en cuenta que para conseguir capital el proyecto debe destacar por encima del ruido de fondo. Deben analizar qué proyectos similares hay en marcha y preguntarse qué le falta a su proyecto para que destaque. Hasta que no tengan eso, o un plan bien definido para conseguirlo, mejor no empezar.
Y tres, que definan los hitos de negocio, que no técnicos, para los siguientes tres años y los contrasten con un experto.
Estos son consejos para proyectos muy iniciales, para científicos que piensan que tienen un invento que puede comenzar la transferencia al mercado y van a dar el salto a montar una primera empresa desarrolladora del invento.
¿Qué skills o capacidades necesita el científico emprendedor para “despegar”, que no para iniciar su emprendimiento?
La capacidad de poder transmitir que tiene un proyecto que destaca por encima del ruido de fondo, así como la de poder formar y delegar en un equipo a tiempo completo hecho a medida para la empresa. Si no puede transmitir que morirá por el proyecto porque, por ejemplo, seguirá siendo funcionario, tiene que estar detrás de alguien que sí lo transmita.
Para iniciar el emprendimiento de forma real debe de haber consolidado un plan para obtener capital privado desde el comienzo del proyecto, que se podrá nutrir de ayudas públicas a la I+D, pero no podrá desarrollarse sólo con éstas.
¿Qué “lanzaderas” existen a nivel internacional que puedan apoyarles?
Existe mucho apoyo a la I+D tecnológica, pero también mucha competencia. Las lanzaderas dependen del sector que aplique al proyecto. En el caso de Vaxdyn, estamos apoyados desde 2019 por una aceleradora privada basada en Boston, que se denomina CARB-X. Está especializada en la lucha contra la resistencia a antibióticos y da financiación a fondo perdido a empresas desde etapas muy tempranas hasta el primer gran hito de valor, que consideran finalizar la primera prueba clínica en humanos.
En el entorno de Sevilla, por ejemplo, hay incubadoras locales de proyectos tecnológicos de menor envergadura como Espacio RES, el Cubo de las Ideas de la Fundación Telefónica y otras. Volviendo al sector biomédico, está el programa Mind the Gap liderado por la Fundación Botín, al cual también accedimos. O el programa Caixa Impulse.
Recomiendo a los nuevos emprendedores que se informen de lo que se cuece en su zona geográfica y que empiecen así a estar conectados, y también conocer las ayudas de programas públicos. Para arrancar un proyecto y conseguir pagar un equipo inicial se puede acceder al programa Neotec del CDTI, préstamos ENISA y a préstamos de la Agencia Estatal de Investigación.
Eso sí, sin olvidar las tres reglas: proyecto ganador por encima del ruido de fondo, equipo mínimo a tiempo completo y capital privado desde el principio.
¿Cuáles son las Capital Venture y Family Office internacionales que todo emprendedor científico debe conocer?
Comento algo similar a la pregunta anterior. Hay mucho inversor pero también mucha competencia. Este tipo de proyectos necesita bien un inversor líder que arrastre a otros, bien un acuerdo con un socio grande del mismo sector. Esto último permite que los fundadores controlen más tiempo el proyecto sin las condiciones impuestas por el capital riesgo, que ayuda mucho pero también quiere controlar.
Si eliges bien los fondos que controlen no es un problema, sino más bien lo contrario. Pero a veces los proyectos requieren tiempo de maduración por los fundadores antes de entrar en el capital riesgo, y por ello se puede optar por un socio industrial que aporte capital a cambio de una colaboración.
En España hay fondos de inversión ya clásicos del sector biotecnológico como Ysios Capital o Columbus Ventures. Hay muchos, la lista no cabe aquí. En Vaxdyn estamos encantados de trabajar con algunos como Bionova Capital, con sede en Lisboa, cuyo equipo ha levantado un nuevo fondo, Biovance Capital.
Una vez que conectas con alguno y vas a reuniones de inversión internacionales los empiezas a conocer a todos: en ferias como Bio-Europe, Bio-Equity, JP Morgan o BioSpain, esta última organizada por Asebio. Así que los nuevos emprendedores tienen que asignar presupuesto para ir a estos encuentros lo antes posible.
Y un mensaje importante: igual que el fondo se tiene que enamorar del proyecto, el proyecto debe elegir bien el fondo. Como el binomio varita-mago en Harry Potter.
¿Cómo enamorar a los inversores internacionales?
Pues para emprendedores iniciales hay que aplicar dos de las tres reglas que comentaba anteriormente: proyecto ganador por encima del ruido de fondo y equipo mínimo a tiempo completo, que destilen que morirían por el proyecto en un salto sin red. Si no se huele esto, no entran.
Cuéntanos los hitos de Vaxdyn y sus previsiones de futuro.
De los 8 millones de muertes debidas a infecciones que se dan anualmente en el mundo, un 73% están provocadas por seis bacterias concretas, pero sólo hay vacuna contra una de ellas. Es decir, hay una urgencia global.
Por mi parte, quiero llevar a Vaxdyn a conectar las soluciones que propone con la gente que las necesita en todo el mundo. Establecer estas conexiones no es un camino lineal, sino complejo y lleno de retos. Hasta ahora el camino ha sido casi lineal: demostrar que nuestra tecnología de vacunas funciona, atraer inversores y llevar la vacuna líder a las puertas del primer ensayo en humanos.
A partir de ahora todo se ramifica. Vamos a ejecutar el primer ensayo clínico con nuestra vacuna para prevenir enfermedad por la bacteria Klebsiella, vamos a comenzar la preclínica de nuestras vacunas contra las bacterias Pseudomonas y E. coli. Y vamos a seguir mostrando la eficacia de las vacunas en distintas poblaciones en riesgo para conectar con grandes farmacéuticas y conseguir registros globales, además de con las agencias internacionales que aseguren que llegan a las regiones menos desarrolladas.